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MANIFIESTO JUVENIL BOLIVARIANO


 

MANIFIESTO JUVENIL BOLIVARIANO

El huracán revolucionario del cual nos habló El Libertador en Angostura se ha desatado con toda su fuerza transformadora e innegable espíritu internacionalista. Hoy los jóvenes hijos de Bolívar aceptamos el reto de asumir la nueva “Campaña del Sur” para terminar la liberación de nuestra América y reeditar en el siglo XXI, los combates por un mañana que deje en los anaqueles de la historia la larga noche iniciada en 1.492.

Por ello, los imbatibles jóvenes alistados en el incansable ejemplo del Mariscal Sucre, apostamos a un mundo concebido desde la necesaria utopía de nuevas formas de convivencia humana capaces de superar el modelo civilizatorio occidental impuesto a nuestros pueblos aborígenes.

Consideramos que en el capitalismo la inhumana colonialidad adquiere nuevas dimensiones. Razón por la cual el socialismo lo concebimos como empresa destinada al rescate de la condición humana. Por ende, asumiendo la tarea iniciada por Guaicaipuro reivindicamos la heterogeneidad cultural de nuestros pueblos, cimiento de nuestra memoria histórica y necesidad ineludible para tener identidad colectiva, lo que es la mejor resistencia ante la globalización neoliberal en curso.

Porque somos invencibles como los guerreros de Ribas en La Victoria , retomamos el combate antiimperialista en el siglo XXI y gritamos al mundo que ser consecuentemente antiimperialistas, implica soñar relaciones alternativas a las relaciones del capital. Actualmente el antiimperialismo lo entendemos como inmortal compromiso juvenil de quienes dieron su vida para construir un mundo florecido de justicia social y soñando en ello, han luchado incansablemente en la Patria Grande.

Somos herederos del ejército creado por Bolívar, eternos guardianes de las garantías sociales de los pueblos de nuestra América y alfareros de nuevas formas de convivencia humana. Por lo tanto, de cara a lo antes expuesto, con miras a la profundización de la Revolución Bolivariana y como fieles interpretes de las demandas de las mayorías, nuestro accionar político se articula en torno a los siguientes planteamientos:

I. La globalización del capital condiciona la geopolítica actual. En este contexto de capitalismo mundial, edificar el socialismo se convierte en una empresa necesariamente internacional, implica un combate antiimperialista cimentado en la unidad de los pueblos, la solidaridad militante y en la necesidad de asumir la concepción militar bolivariana. Esto se traduce en la obligatoria unidad de las organizaciones de los pueblos de nuestra América, respetando la forma de lucha que cada uno legítimamente adopte.

II. El socialismo principalmente significa crear un nuevo modelo de convivencia humana. Esto amerita, además de superar las actuales relaciones humanas propias del capitalismo como modelo que sintetiza la crisis de la civilización occidental, constituir nuevas relaciones sociales que privilegien al ser humano y superen la mercantilización existente en todas las esferas de la sociedad. Dicho de otro modo, el socialismo es esencialmente un replanteamiento a fondo del sentido de la vida.

III. El socialismo es edificación de nueva relaciones de propiedad y de poder distintas a las del capitalismo. Esto se traduce en la creación de un nuevo ordenamiento jurídico que regule el comportamiento del Estado con el objeto que se corresponda con tales fines. En este sentido, el Estado se concibe como una herramienta de las mayorías explotadas y excluidas que debe expresar cabalmente sus anhelos e intereses. Se trata de una democracia insurgente cimentada en el protagonismo colectivo y el ejercicio directo de las actividades de gobierno.

IV. La economía de la nueva sociedad debe superar el valor de cambio como su eje fundacional. Las relaciones mercantiles pasan por el valor de cambio, razón por la cual la nueva economía se debe articular en torno a la satisfacción de necesidades humanas mediante intercambio de equivalentes. Por ello, es imprescindible nacionalizar la totalidad de empresas estratégicas privatizadas por los gobiernos antinacionales, anular todas las actividades de lucro en los ámbitos de la educación, la salud, la vivienda, etc. Este proceso se debe acompañar por una impostergable transformación de relaciones laborales que priorice por la liberación de la capacidad creadora de los trabajadores.

V. La revolución agraria: eje central de la soberanía nacional. Se trata del combate por democratizar la propiedad de la tierra, su usufructo, desmantelar los oligopolios existentes en la cadena agro-productiva y agroalimentaria, para alcanzar la soberanía alimentaria. Esto es avanzar en la diversificación del aparato productivo para superar el carácter monoproductor de nuestra economía.

VI. La “Batalla de Ideas”: la pelea fundamental. Toda resistencia eficaz frente al modelo civilizatorio capitalista se erige sobre una profunda concepción antisistémica. En tal sentido, para la constitución de dicha concepción es imprescindible conformar un modelo educativo emancipador enmarcado en una nueva cosmovisión que tenga como centro y fin de su acción creadora al ser humano.

VII. La concepción militar bolivariana piedra angular para la defensa de la Revolución Socialista. Esto implica comprender a fondo el ideario bolivariano y el pensamiento marxista porque son armas sine qua non para la guerra popular de resistencia, así como en el de otros componentes teóricos que confeccionen una nueva visión al respecto. Bolívar nos enseñó que lo militar es una responsabilidad colectiva, es decir, empresa de todo el pueblo que se organiza en el oficio de las armas para librar guerra de guerrillas prolongada ante un enemigo más fuerte.  

VIII. Por una economía libre de especulación financiera: Se debe abonar el terreno para edificar un sistema financiero que sirva de apoyo a la transformación económica, ajeno a las imposiciones del mercado y el capital internacional.

IX. El PSUV: una importante trinchera en el proceso de construcción del socialismo. El PSUV debe ser una organización de espectro nacional que articule los esfuerzos de los revolucionarios, capaz de combinar todas las formas de lucha, con espíritu internacionalista, guiada por un programa político socialista, cimentada en la crítica y autocrítica fraterna, caracterizada por el debate permanente, signada por una profunda democracia y que se precie de ser un instrumento genuino de los trabajadores, excluidos y demás sectores populares. La actividad de la izquierda en su seno debe fundarse en estás líneas directrices a fin de consolidar la unidad de criterios y de acción entre los revolucionarios. Pero a fin de evitar un retroceso en materia organizativa, debe existir clara conciencia de que el PSUV debe reconocer la más variadas expresiones organizativas del pueblo.

X. La lucha incansable contra las viejas prácticas políticas: La corrupción, el oportunismo, el clientelismo, la ambición y el reformismo amenazan la Revolución porque asesinan la esperanza. Para nosotros combatir estos vicios constituye una importante tarea, por lo cual debemos combatir a quienes los practican y le sirven de cancerberos.

En fin, creemos en lo “imposible” porque somos continuadores del ejemplo incansable del “Hombre de las Dificultades”, apostamos a la construcción de un nuevo amanecer porque no soñar es asesinar al ser humano. Porque entendemos que la política revolucionaria es un compromiso ético expresado en militancia cotidiana, suscribimos la entrega desinteresada de la generación independentista. Irreductibles levantamos la voz, como dignos herederos de los combatientes de Ayacucho, porque también decimos a “paso de vencedores” contra los que atacan la redención humana. Contra el discurso neoliberal que clausura el futuro, recogemos el ejemplo de voluntad trasformadora de la juventud encarnado en Sucre cuando marcó nuestra historia con sus épicas acciones.

Después de que la vida se opacara con la fría noche de la dominación del proyecto civilizatorio actual y el capitalismo con su oscura penumbra nos despojara del sueño suscrito por generaciones enteras… La juventud bolivariana, expresión de la lucha histórica de nuestro pueblo, grita con Bolívar: “Pongamos sin temor la piedra fundamental de la Libertad suramericana: Vacilar es perdernos.”

 

Movimiento por la Transformación Universitaria / Marzo-28

Congreso Ideológico

Caracas, 20 y 21 de febrero de 2010

 

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